“Nada puede importar más que encontrar a Dios” ya que cuando Él está en el centro, todo en nuestra vida cobra un nuevo significado. En este llamado a “enamorarse y permanecer en el amor“, la canción nos recuerda que nuestra relación con Dios no es solo un acto momentáneo, sino una experiencia constante.
La idea de “enamorarse de Dios” evoca una relación íntima y apasionada con el Creador. Este amor no es superficial ni pasajero, sino profundo y definitivo. Es el tipo de amor que reorienta nuestras prioridades, que se convierte en el motor de cada día, lo que “nos saca de la cama por la mañana” y lo que colorea nuestras emociones y decisiones. Este amor llena nuestra imaginación, da sentido a nuestro trabajo, ilumina nuestras penas y multiplica nuestras alegrías.
Enamorarse de Dios cambia nuestra manera de ver el mundo, nos hace más conscientes de su presencia en todo y nos da una perspectiva que trasciende lo superficial y lo efímero.
No se trata solo de un encuentro inicial, sino de cultivar diariamente ese vínculo que transforma nuestra vida y nos llena de paz y sentido. Este amor pone todo claro, nos libera de las preocupaciones innecesarias y nos ancla en lo que realmente importa.
Enamórate de Dios, permanece en su amor y permite que ese amor sea el que marque cada decisión, cada acción y cada momento de tu vida. Al final, no hay nada que importe más, porque ese amor es lo que da sentido y plenitud a todo lo demás
“Enamórate” compuesta por el sacerdote Jesuita Pedro Arrupe forma parte del CD de canciones ignacianas ‘Enamórate’, grabado en 2015 y está interpretada por por el grupo AMDG compuesto por jesuitas y laicos.
