Sostener no es solo resistir, sino abrazar con amor y fortaleza las responsabilidades, los desafíos y las esperanzas que la vida nos presenta.
El verbo “sostener” se convierte aquí en una metáfora de la entrega cotidiana. Así como el roble joven soporta el calor intenso y un padre trabaja sin descanso por su familia, todos estamos llamados a ser pilares en las situaciones que enfrentamos, incluso cuando el peso parece abrumador. Este sostener no es un acto pasivo, sino profundamente activo y cargado de amor: es cuidar, proteger y resistir por quienes amamos y por lo que creemos.
Sostener no es solo personal, sino comunitario. La madre, la abuela, el maestro, el sabio y el afligido sostienen con su entrega no solo sus propias vidas, sino también las de los demás. Somos llamados a cargar unos con los otros (Gal 6,2), siendo signos de la presencia de Dios en nuestras comunidades.
“Sostener, hijo mío, la vida, como sea; fiel y comprometido, ¡contra viento y marea!” Este es un llamado a la perseverancia, a mantenerse firmes en la fe y en el amor incluso en medio de las adversidades. La vida cristiana no es fácil, pero es una prueba de amor que nos invita a darlo todo, confiando en que Dios nos sostiene primero a nosotros.
“Sostiene Dios nuestro futuro, su eterno abrazo de la historia.” Nos recuerda que, aunque nuestra capacidad de sostener pueda parecer limitada, es Dios quien nos da la fuerza. Él es quien sostiene nuestras vidas, nuestras familias y nuestra historia, con un amor inquebrantable que inspira y guía nuestro propio compromiso.
Sostener es una “prueba de amor”, un testimonio que transforma el sufrimiento en esperanza y el sacrificio en una expresión de fe. Así como Cristo sostuvo la cruz por amor a nosotros, estamos llamados a sostener nuestra cruz diaria, confiando en que este esfuerzo no es en vano. En cada acto de sostener, grande o pequeño, estamos participando del amor de Dios que todo lo renueva y sostiene.
En esta canción encontramos un eco de las palabras de San Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil 4,13). Es una invitación a vivir con paciencia, valentía y fe, sosteniendo nuestras vidas y las de los demás como una ofrenda de amor que trasciende lo temporal y se abre a lo eterno.
Hermosa canción del Eduardo Meana en la versión de Cristobal Fones SJ junto a Guillermina Beccar
Lyrics
Sostiene el verde aún en verano
El roble joven agobiado
Por el calor desorbitante.
Sostiene el padre aún en pobreza
Su oblación diaria de trabajo,
Dejando todo por los suyos.
Sostienen madre, abuela y novia
Poniendo garra y cercanía
Al hombre que vive entre rejas.
Sostienen su arte los maestros,
Y van venciendo cuerpo a cuerpo
A la ignorancia y al desprecio.
¡Sostener, hijo mío, la vida, como sea;
Fiel y comprometido, ¡contra viento y marea!
¡Sostener, hermano mío, el árbol de la entrega!
Vertebrar fe y aguante… Dar a luz con paciencia.
Sostener… es mi prueba de amor.
Es el nombre aguantador de mi amor: ¡Sostener!
Sostiene el alma de mi gente
Reserva oscura de nobleza,
La dignidad que aflora siempre.
Sostiene quien cruza sus veinte
Más que sus sueños: esa santa
Y ardua lucha por los sueños.
Sostiene la mujer la vida,
La vida propia… y la vidita
Que un día empieza a germinarle.
Sostiene el sabio la palabra,
Y el afligido la esperanza
Y el valeroso su promesa.
¡Sostener, hijo mío, la vida, como sea;
Fiel y comprometido, ¡contra viento y marea!
¡Sostener, hermano mío, el árbol de la entrega!
Vertebrar fe y aguante… Dar a luz con paciencia.
Sostener… es mi prueba de amor.
Es el nombre aguantador de mi amor: ¡Sostener!
Sostiene el santo el testimonio,
Y versionando el Evangelio
Se vuelve ícono de Cristo.
Sostiene Dios nuestro futuro,
Su eterno abrazo de la historia,
Su compasión por nuestro mundo.
Mi fe, que es mi oro y es mi plata,
Mi fe, que construye mi casa,
Mi fe me explica y me sostiene.
¡Y a mi fidelidad, mis hijos
Y mis hermanos, mediaciones
De Dios, que me sostuvo siempre!
¡Sostener, hijo mío, la vida, como sea;
Fiel y comprometido, ¡contra viento y marea!
¡Sostener, hermano mío, el árbol de la entrega!
Vertebrar fe y aguante… Dar a luz con paciencia.
Sostener… es mi prueba de amor.
Es el nombre aguantador de mi amor: ¡Sostener!
